Puede mejorar su vista: ¡todo lo que necesita hacer es cambiar sus hábitos de visión!
Nuestra visión cambia constantemente
Sí, ha leído bien. Nuestra visión cambia constantemente durante el día.
¿No se lo cree? Hagamos un pequeño experimento. Durante los próximos 30 segundos, deje de parpadear, mire un punto, entrecierre los ojos con mucha fuerza y tense los músculos de la cara y el cuello.
¿Qué acaba de suceder? Apuesto a que su visión se volvió borrosa. Ahora libere la tensión y comience a moverse y parpadear nuevamente: la borrosidad que acaba de experimentar desaparecerá.
Sí, ha leído bien. Nuestra visión cambia constantemente durante el día.
¿No se lo cree? Hagamos un pequeño experimento. Durante los próximos 30 segundos, deje de parpadear, mire un punto, entrecierre los ojos con mucha fuerza y tense los músculos de la cara y el cuello.
¿Qué acaba de suceder? Apuesto a que su visión se volvió borrosa. Ahora libere la tensión y comience a moverse y parpadear nuevamente: la borrosidad que acaba de experimentar desaparecerá.
"La mala vista es genética. ¡No se puede mejorar!"
Este es un mito muy común, en realidad. De hecho, ¿quizás la mala vista es solo mala genética, un "regalo" de nuestros padres que también usaban gafas?
Desafortunadamente, la teoría hereditaria no se sostiene. En Taiwán, por ejemplo, la tasa de miopía en niños pequeños ha aumentado del 5% al 25% en un lapso de solo dos décadas. Los genes nunca cambiarían tan rápido.
Mejora de la vista: una perspectiva evolutiva
Para comprender mejor los buenos hábitos de visión, veamos cómo nos desarrollamos durante la evolución.
Digamos que alguien decide cambiar su estilo de vida a partir de esto:
a esto:
¿No cree que este cambio afectaría un poco su visión? ¿Solo un poquito?
Veamos cómo el hombre prehistórico usaba sus ojos y cómo podemos usar esta información para nuestro beneficio.
